ü Tema 2: Agresión
ü Nombre de la actividad: ¨La
tortuga¨
ü Campo formativo: Desarrollo personal y social.
ü
Competencia: Actúa gradualmente
con mayor confianza y control de acuerdo con criterios, reglas y convenciones
externas que regulan su conducta en los diferentes ámbitos en que participa
ü Aspecto: Relaciones interpersonales.
ü Aprendizaje esperado: Controla gradualmente
conductas impulsivas que afectan a los demás y evita agredir verbal o
físicamente a sus compañeras o compañeros y a otras personas.
ü Rango de edad: 5
años
ü Materiales: Imágenes
grandes que represente lo que se va narrando.
ü Organización: Grupal
ü Tiempo: 30
minutos
ü Espacio: Salón
de clases
ü Desarrollo de la actividad.
Organizaré a los niños en medio círculo a modo de que todos me puedan ver, les
contaré que cuando venia para el jardín vi a un niño que iba con su compañero
para la escuela y su compañero se tropezó y empujo a su amigo, entonces la
reacción de él fue pegarle, yo me sorprendí mucho al ver eso. Les preguntaré ¿Creen que estuvo bien lo que
hizo el niño? ¿Por qué? , ¿Ustedes que hacen cuando los empujan o les pegan sin
querer? o han estado en alguna otra situación, dejándolos expresen sus puntos
de vista y que es lo que hacen ellos. Les pediré se pongan en una posición
cómoda por que les contaré un cuento y tomaremos los acuerdos para escuchar el
cuento.
En la posición que se encuentren los niños
comenzaré a narrar el cuento, conforme lo narre iré mostrando las imágenes para
que los niños vallan observando lo que hacia la tortuga. Al terminar de contar
el cuento les preguntaré ¿Cómo era la tortuga?, ¿Cómo se comportaba con los
demás? ¿Piensan que su comportamiento era correcto?, ¿Qué le dijo la vieja
tortuga?, ¿Creen que todos lo podamos hacer?, dejándolos reflexionar sobre la
conducta de la tortuga y de ellos mismos.
Para finalizar les pediré se pongan de pie y formemos un
círculo, les enseñaré como nosotros también nos podemos esconder como si fuera
nuestro caparazón, vamos a cruzar nuestros brazos los pondremos a la altura de
nuestro cuello y nuestra cabeza la bajaremos
a modo de que entre en el hueco que se hace al cruzar nuestros brazos y
eso haremos cuando nos enojemos, nos queramos desquitar con otra persona, etc.
Y preguntaré como nos escondemos en nuestro caparazón (lo harán ellos) y para
que nos sirve, cuando lleguen a casa también se lo enseñan a sus papás.
Cuento:
¨ La tortuga¨
“Antiguamente había una hermosa y joven
tortuga, tenía 4 años y acababa de empezar el colegio. Su nombre era Pequeña
Tortuga. A ella no le gustaba mucho ir al cole, prefería estar en casa con su
hermano menor y con su madre. No le gustaba aprender cosas en el colegio, ella
quería correr, jugar, era demasiado difícil y pesado hacer las fichas y
copiar de la pizarra, o participar en algunas de las actividades. No le gustaba
escuchar al profesor, era mucho más divertido hacer ruidos de motores de coches
que algunas de las cosas que el profesor contaba, y nunca recordaba que no los
tenía que hacer. A ella lo que le gustaba era ir enredando con los demás niños,
meterse con ellos, gastar bromas. Así que el colegio para ella era un poco
duro.
Cada día en el camino hacia el colegio se decía a sí
misma que lo haría lo mejor posible para no meterse en líos. Pero a pesar de
esto, era fácil que algo o alguien la descontrolara, y al final siempre acababa
enfadada, o se peleaba o le castigaban. “Siempre metida en líos” pensaba “como
esto siga así voy a odiar el colegio y a todos” y la Tortuga la pasaba muy pero
que muy mal. Un día de los que peor se sentía, encontró a la más grande y vieja
tortuga que ella hubiera podido imaginar. Era una vieja tortuga que tenía más
de trescientos años y era tan grande como una montaña. La Pequeña Tortuga le
hablaba con una vocecita tímida porque estaba algo asustada de la enorme
tortuga. Pero la vieja tortuga era tan amable como grande y estaba muy
dispuesta a ayudarla “¡Oye! ¡Aquí!” dijo con su potente voz, “Te contaré un
secreto ¿Tú no te das cuenta que la solución a todos tus problemas la llevas
encima de ti?” La
Pequeña Tortuga no sabía de lo que estaba hablando “¡tu
caparazón” ¡tu caparazón!” le gritaba “¿para qué tienes tu concha? Tú te puedes
esconder en tu concha siempre que tengas sentimientos de rabia, de ira, siempre
que tengas ganas de romper cosas, de gritar, de pegar... Cuando estés en tu
concha puedes descansar un momento, hasta que no te sientas tan enfadada. Así
la próxima vez que te enfades, ¡métete en tu concha! A la Pequeña Tortuga le
gustó la idea y estaba muy contenta de intentar este nuevo secreto en la
escuela.
Al día siguiente lo puso en práctica. De repente un
niño que estaba delante de ella accidentalmente le dio un golpe en la espalda.
Empezó a sentirse enfadada y estuvo a punto de perder sus nervios y devolverle
el golpe, cuando de pronto recordó lo que la vieja tortuga le había dicho. Se
sujetó los brazos, las piernas y cabeza, tan rápido como un rayo, y se mantuvo
quieta hasta que se le pasó el enfado. Le gustó mucho lo bien que estaba en su
concha donde nadie le podía molestar. Cuando salió, se sorprendió de
encontrarse a su profesora sonriéndole, contenta y orgullosa de ella. Continuó
usando su secreto el resto del año. Lo utilizaba siempre que algo o alguien le
molestaban, y también cuando ella quería pegar o discutir con alguien. Cuando
logró actuar de esta forma tan diferente, se sintió muy contenta en clase, todo
el mundo la admiraba y quería saber cuál era su mágico secreto”
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